miércoles, julio 29, 2015

VACUNAS Y AUTISMO

En la actualidad existe una gran controversia alrededor de las vacunas como causantes de diversas enfermedades y en particular del Trastorno Espectro Autista (TEA). Esta controversia se remonta a un estudio realizado en el Reino Unido a cargo de Wakefield cuando estudió los efectos de la vacuna antisarampionosa en la enfermedad de Crohn, las conclusiones fueron alarmantes ya que se confirmaba la hipótesis del citado autor, la exposición temprana a la vacuna causaba enfermedades inflamatorias intestinales (vasculitis granulomatosa persistente).
En vista de tales resultados se realizaron rápidamente abrumadoras pruebas que contradecían rotundamente los hallazgos de Wakefield. Debido a estos hallazgos, Wakefield tuvo que retractarse refiriendo la falta de indicios de infección en las muestras de sangre, descartando así la relación entre vacuna antisarampionosa y enfermedad de Crohn .
Sin embargo, el asunto en cuestión no quedó allí, puesto que al poco tiempo el mismo Wakefield publicó en la prestigiosa revista médica "Lancet" , la posible relación entre factores ambientales (específicamente la vacuna antisarampionosa) y el TEA, pues alegaba que dicha vacuna podía ser la causante de un problema malabsortivo a nivel del intestino, lo cual ocasionaba que se absorbieran de manera excesiva sustancias tóxicas para el cerebro alterando de esta manera funciones cerebrales a temprana edad, a esta teoría se añadía la posible implicación de la intolerancia al gluten y la caseína en el TEA, lo cual ocasionó en la población de aquel entonces y hasta la actualidad el rechazo a las vacunas.
Pese a que los resultados de Wakefield parecían demostrar la posible causa del autismo, toda su teoría se desvaneció al revelarse en el Sunday Times, que los estudios eran fraudulentos, pues se habían realizados sobornos, transgresiones éticas, falsificación de datos e intereses ocultos. Motivo por el cual, inmediatamente la revista Lancet calificó el citado trabajo como desastrosamente deficiente, además tal crimen no podía quedar impune, por ello fue llevado a la corte, la cual concluyó la prohibición del ejercicio profesional de Wakefield en el Reino Unido.
Paralelamente se vinculó la vacuna antisarampionosa al TEA a causa del contenido en mercurio de las vacunas que contenían timerosal (preservante que está compuesto de mercurio)  como preservativo, esto se originó cuando la Food and Drug Administration (FDA) sugirió que los niños podían haber recibido una dosis alga de mercurio a partir del timerosal que se encontraban contenidos en las vacunas. Sin embargo, estudios posteriores demostraron que la sintomatología a causa de la intoxicación por mercurio con la del TEA eran diferentes.
Debido a las innumerables controversias y dudas respecto a estos estudios, en algunos países o ciudades tomaron como solución la suspensión de la vacuna antisarampionosa, tal es el caso de Japón, donde solo se usó la vacuna entre los años de 1989 y 1993; no obstante, los casos de autismo durante los periodos de inmunización y no inmunización no variaron; otro ejemplo ocurrido en California, donde gradualmente disminuyeron el timerosal en las vacunas hasta llegar a su eliminación, pero de igual manera que en Japón, los casos de autismo no disminuyeron.
Para finalizar, aún no existe evidencia científica que demuestre que tanto la vacuna antisarampionosa o el timerosal sean los factores causantes del TEA, por el contra, existe una extensa cantidad de estudios que demuestran lo contrario.
REFERENCIAS
ARTIGAS-PALLARÉS, JOSEP. Autismo y vacunas: ¿punto final?. Rev Neurol 2010;50 (Supl 3):S91-S99. Disponible en: http://www.neurologia.com/sec/download.php?id=2009091

Lic. Jesús Solange Cruz, Terapeuta Ocupacional.
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