El Trastorno por Déficit de Atención
con o sin Hiperactividad (TDAH), es un trastorno clínicamente heterogéneo, de alta prevalencia,
que tiene una causa compleja y fuerte asociación genética. Se observa un patrón
persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad más frecuente y
severo de lo que tipicamente se observa en individuos con un nivel comparable
de desarrollo, afectando área de compromiso personal, familiar y social.
Muchos estudios demuestran que tiene una
alta correlación con el desarrollo de trastornos en la vida adulta como trastorno
negativista desafiante, trastorno de ansiedad, trastorno del humor, trastorno
del abuso de sustancias u otras adicciones como compras, deportes, sexo,
internet, juego. Esto quiere decir que
de acuerdo a la presentación, severidad, persistencia y recaídas tendrán un
impacto directamente proporcional al pronóstico, debiéndose atender todos los
diagnósticos asociados.
La situación puede complicarse si,
paralelo al diagnóstico de TDAH, también cuenta con diagnósticos como bajo
cociente intelectual, bajo nivel educativo y cultural, trastornos específicos
del aprendizaje, presencia de antecedentes familiares ligados al TDAH,
trastornos bipolar y/o depresión. El diagnóstico lo realiza el médico
(Neurólogo o Psiquiatra) especialista en TDAH quienes con un buen tratamiento
pueden lograr que mejore la calidad de vida de las personas mediante
la disminución de síntomas y complicaciones. En el tratamiento participan,
además de los médicos otros profesionales como: Terapistas, Psicólogos, Coach
Educativo y la familia.
Invitamos a los padres reflexionar
sobre la importancia que tiene mirar al TDAH como una condición que acompañará
al niño a lo largo de su vida y de la cual deberá hacerse cargo y ser responsable por
ello, responsabilidad compartida con los padres durante su infancia.